Sabéis que soy un firme defensor de que, en una empresa, todos debemos vender. No solo el departamento comercial, que adicionalmente se está fusionando con el de marketing. Esta convergencia es necesaria en la empresa que quiera trascender.
Vender en “lato senso” es tener la actitud necesaria para detectar oportunidades en el mercado, en el cliente y en los prospectos, comprender que eres parte de lo que le pase a tu empresa y formarte en las disciplinas que no conozcas, como negociación, oratoria, marketing digital, gestión de empresa.
Esto puede resultar chocante en algunas organizaciones “old school” en las que se puede pensar que un carretillero no puede aportar, más allá de su estricto trabajo o una ingeniera de sistemas, nunca será capaz de traer un cliente ya que no es el propósito de su trabajo.
En Alberta Norweg tenemos una plantilla diversa, formada en gran parte por arquitectos y también tenemos personas de mantenimiento, recepción, limpieza…
Hoy todos saben atender a un cliente, por ejemplo, inquilinos de edificios de oficinas, entender sus necesidades y si existe una oportunidad comercial, saben como abordarla o derivarla dentro de la empresa. La semana próxima tenemos un evento de innovación y acudirá algunas personas de la empresa. Todos entienden que es una oportunidad de networking y de dar a conocer Alberta Norweg, todos llevarán tarjetas y volverán con algunas de ellas y habiendo hecho algunos contactos. Si nuestra empresa hace que cualquier inmueble sea rentable es una gran noticia para el mundo que hay que difundir.
Estoy bastante harto de que personas que se matan por vender, luego vayan de estirados despreciando las ventas o una cierta actitud comercial es una actitud falsa e hipócrita y de gente que no sabe por donde va. Tengo claro que como todos en los negocios tienen que vender, pero lo hacen por obligación y normalmente con malas artes, por eso no les gusta. Fuera complejos, todas las organizaciones necesitan ventas, necesitan atender a sus clientes de forma excelente, ayudarles y aportarles valor, también a la sociedad…
Creo que esa plantilla entendida en sentido amplio también tiene mucho que aportar en innovación y para ello deben estar informados de los valores de la empresa, las líneas estratégicas y lo que se espera de ellos, que es que aporten y que añadan valor a la empresa, en el trato con clientes compañeros y aportación de ideas de mejora o de negocio.
Hoy toda empresa puede tener una parte exponencial que la dispare a un mercado que no tenía previsto y hasta que sea el más importante para la empresa. La organización hoy es flexible y líquida o debe serlo y esto hace que sea mucho más ágil e innovadora.
Os invito que no solo incorporéis a vuestro equipo a la parte comercial de la empresa, al todos vendemos sino también al todos innovamos a que aporten ya que “Nadie es tan listo como todos nosotros”
En Alberta, los viernes tenemos sesión de innovación en donde todos opinan, proponen y aportan ideas que estudiamos con “brain storming” y “design thinking” ponemos en marcha con metodologías ágiles. Algunas no pasan de la idea tras los diferentes filtros y abarcan lo profesional y lo personal. Aquí es obligatorio crecer y formarse toda la vida, es parte de nuestra filosofía.
Una idea que triunfó y que hemos podido poner en marcha es la construcción de viviendas unifamiliares sostenibles con una metodología basada en estructura preconstruida de steelframe y materiales industrializados. Esto no salió así al principio, con la primera idea para tras darle forma, tener un producto mínimo viable, hacer varios test y conseguir que hoy sea una de las cuatro líneas de negocio de Alberta Norweg y quién sabe, quizás la que cambie el mundo.
Creo que esta reflexión, si la compartes, puede ser útil para tu empresa, para que tu organización crezca de forma exponencial o por lo menos venda más, atienda mejor a tus clientes y tenga personas más motivadas ya que se les tiene en cuenta y aportan en ventas y en innovación.
Nadie es tan listo como todos nosotros.